sábado, 30 de junio de 2012

Morir antes de tiempo

Por Bibiana Faulkner


Mi hermana estudia Psicología, y fue ella, quien platicándome sobre Análisis
Conductual Aplicado, me dio la idea para estas líneas.

Si yo supiera que moriré pronto, de todo lo que diría, estaría el siguiente listado, con líneas justas para diferentes personas:

- ¿Qué esperas para dejarnos ir?
- Hermanos, ustedes siempre fueron mis mejores amigos.
- Eres la mujer de mi vida.
- Yo mentía más que tú.
- En realidad, nunca quise coger contigo.
- Jamás me gustó el mes de abril.
- Ojalá nunca nos hubieras dejado, o no sé.
- Hasta donde mis ojos no vean más, hasta allá te quiero.
- Tu mujer es una perra.
- Soy gay, ¿y qué?
- Prefiero hablarte de tú.
- Nunca bebí lo suficiente.
- Te heredo mis d(e)udas.
- Las fotografías se huelen como se huele la lluvia sobre tierra mojada.
- Perdóname.
- Acuéstate… no, revuélcate conmigo.
- Yo me opongo.
- Te voy a encontrar en la otra vida, por eso estoy tranquila.
- Cobarde.
- La infidelidad me enseñó a ser fiel.
- A ti, te amé tres días a la semana.
- Los sueños no duran, ¿ves?
- Con un poquito de suerte, yo te haría feliz.
- No soy tan vulgar, pero me la pelas.
- El clítoris tiene alma.
- A veces, la cerveza es como un cuerpo. Se toma y ya.
- No me importa, prefiero el football.
- Las palabras altas y sonantes son lo mío, puta.
- Huir siempre es una opción.
- Hondamente te perdono.
- Te amo.

Antes o después, diría un discurso que también habría que leer entre líneas, para muy pocos. Antes o después haría el amor, me carcajearía con todas las letras del abecedario, correría a unos noventa kilómetros por hora y evitaría saltar de mi azotea, no sea que muera antes de tiempo.

sábado, 23 de junio de 2012

Porque cuando amo, escribo mucho

Bibiana Faulkner


Porque cuando amo, escribo mucho. Y alguna vez, viviendo un amor que primero fue a distancia, escribí:



Yo me enamoré primero de ti; sin embargo, tú me dijiste antes que me amabas.

Siendo tan jóvenes y viviendo a muchos cientos de kilómetros de distancia, el esfuerzo por sentirnos cerca debe doblarse, triplicarse, tal vez multiplicarse por noventa, por trescientos, por mil. Siendo ambas tan atrevidas y tan complicadas, contemplé una serie de posibilidades que quiero adelantar porque sé, nos sucederán.

Cuando me enoje contigo te diré “creo que te amo”, probablemente ignoraré tus cartas, intentaré llamar tu atención con el único fin de hacerte recordar que sigo ahí, molesta contigo. Llamarás a mi madre para que yo no olvide lo cerca que estás de mí y me mandarás mensajes esporádicos.

Cuando te enojes conmigo, me contestarás en monosílabas, seguramente no responderás mis llamadas telefónicas, intentarás cualquier cosa para que yo no sepa de ti y entonces me obligues a buscarte. Mandaré a tu puerta, tu flor preferida y adelantarás su muerte sin darle agua que beber.

Cuando me enfurezca, querré terminar y entonces tú me preguntarás “¿Desde hace cuánto nos esperamos?” Me dirás que lo que más te gusta de mí es mi boca y mi carácter.

Cuando te enfurezcas, querrás terminar y entonces te diré que te lloraba antes de que fueras mía. Te diré que lo que más me gusta de ti son tus pechos y tu carácter.

Cuando alguien nuevo llegue a tu vida y pretenda algo más que un café, dejaré que tomes cuantas tazas quieras, solo para que vuelvas a mí y me digas que me amas más que antes.

Y tú harás lo mismo.

Entonces, cuando algo en realidad nos falle y ninguna de las palabras que nos digamos, funcione, te tomaré de las manos, recordándote que se ajustan a las mías con perfección absoluta y que nuestra felicidad es más pura si nos mantenemos juntas. Te diré que con nosotras nunca ha funcionado el desechar las palabras y que si existen otras vidas, quiero tenerte en todas, sin dejar pasar esta. Te diré que te dejaré escoger el color de nuestra casa y que ya estaba enamorada de ti antes de que me escribieras en tantas canciones…


No recuerdo cómo terminaba el texto, pero recuerdo cómo terminó el amor. Cuando se revive un texto como este, no se revive otra cosa que las palabras porque la danza de sentimientos que hubo alguna vez, dejó de tener autonomía sobre mi piel hace ya mucho tiempo, cuando no supe dónde poner todo lo que no sentía por ti.

jueves, 14 de junio de 2012

Mis promesas como onomatopeya


Por Bibiana Faulkner


Tengo once años postergando este texto.

Cuando murieron mis abuelos maternos, me prometí estudiar Medicina y especializarme en Oncología. Al poco tiempo cambié de opinión; sabía que los estudios en los cuales invertiría tanto tiempo, no me devolverían a mis viejos, ni ganándome el puto Nobel. Que quede claro que si bien cambié de opinión, nunca lo olvidé.

De su partida, lo recuerdo todo, incluso las decenas de sonrisas que desprecié por estar encerrada en mi agonía.

Dejé de ir al panteón y con eso falté a una de las tantas promesas que me he hecho desde que tengo conciencia. La primera promesa que incumplí fue hace justo diez años, cuando le prometí a mi abuela volver a su habitación y por evitarme verla morir, nunca regresé a aquel cuarto de hospital. Después vinieron muchas más: mis estudios fallidos, casarme con mi primer novio, no volver a fumar, no recordar a aquella mujer que tanto me hizo llorar, comprar rosas rojas y blancas declarando amor, no traicionar a mis amigos, no tener sexo antes del matrimonio,  no andar más en aquella bicicleta de montaña, etcétera.

Prometí ponerle “Imelda” a mi primera hija y yo ni hijos quiero tener; prometí no beber hasta ahogarme y apenas veo una botella de ron, me da por querérmela tragar entera, de eso hablo.
He prometido tanto que me envuelve la pena volver a recordar. No he sido tan buena como prometí, y sigo siendo una niña que, a veces, no para de llorar.

Mi culpa ha sido envenenarme de ausencia ajena, como cuando sientes que el desamor terminará por degollarte, como cuando sabes que debes beber más agua para poder llorar más, como cuando juras que las pasiones se saldrán de tu cuerpo para ir en búsqueda de alguien que no quieres dejar partir. Mi culpa ha sido tan grande como el color del cielo, tan incómoda como el seco calor del Sol.

Entonces mis promesas se han convertido en un tic-toc en espera, en una onomatopeya gastada, en el minúsculo sonido de un reloj de arena, pero siempre en la memoria asertiva de la promesa olvidada que no pierde su lugar.

martes, 12 de junio de 2012

Preeclampsia, un pasaporte a la muerte

Jani Luna Gonzalez
6 de Junio de 2012


En México, los problemas de presión arterial (preeclampsia/eclampsia) y sus efectos en las mujeres embarazadas se ha convertido en la principal causa de muerte materna, afirmó la diputada María Del Pilar Torre Canales (Nueva Alianza).


Indicó que la publicación “Estadísticas del Día de la Madre. Datos Nacionales” del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), revela que la preeclampsia moderada o severa es la complicación más frecuente de los trastornos hipertensivos; las mujeres de 20 a 24 años son las más afectadas (186.34 por cada 100 mil mujeres de este grupo de edad).


Por tal motivo, la legisladora impulsa una reforma a la Ley General de Salud, para darle atención urgente al padecimiento y que sea considerado como la primera causa de muerte materna en México.


“En México, la problemática de la Preeclampsia/Eclampsia y sus efectos en las mujeres embarazadas se ha instituido como la principal causa de muerte materna, responsable de más de la tercera parte de las defunciones de este tipo en el Sistema Nacional de Salud y en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS)” señaló la diputada.


La preeclampsia/eclampsia es un síndrome de severidad variable, específico del embarazo, caracterizado por una activación de los sistemas de coagulación. Se presenta después de la semana 20 de la gestación, durante el parto o en las primeras 6 semanas después de éste.


La iniciativa enviada a la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados señala que la muerte relacionada con el embarazo, parto y puerperio representa uno de los principales problemas a la que se enfrentan las mujeres en edad reproductiva en México.


Torre Canales manifestó que es necesario aplicar medidas preventivas, efectuar un diagnóstico temprano y seleccionar el tratamiento más eficaz entre las distintas opciones disponibles, pero sobre todo, que el sistema de salud asuma el compromiso de otorgar los recursos materiales suficientes.


Precisó que la preeclampsia-eclampsia, como casi todas las complicaciones obstétricas directas, puede prevenirse, identificarse y tratarse si se cuenta con el personal médico capacitado para su identificación y atención oportuna.


La mortalidad materna representa un grave problema; sus causas son evitables y es la máxima expresión de injusticia social, ya que es en los países de menor desarrollo económico es donde existen las cifras más altas de muertes, advirtió.


“Debemos ratificar nuestro compromiso con las mujeres y futuras madres de familia y contribuir en la solución de un padecimiento que hoy por hoy sigue siendo un reto importante e ineludible de los gobiernos, así como una responsabilidad pendiente en la definición de una política de Estado”, enfatizó la diputada.


Esclerosis múltiple al Seguro Popular

Pide Miguel Osuna Millán
Jani Luna González
6 de junio de 2012


Tras considerar que la esclerosis múltiple impacta de forma importante la economía de quienes la padecen y que el drama se acentúa aún más entre la población de escasos recursos sin IMSS o ISSSTE, el diputado Miguel Osuna Millán (PAN), presidente de la Comisión de Salud, propuso que esta enfermedad sea incluida en el Fondo de Protección Contra Gastos Catastróficos del Seguro Popular.


Destacó que personas de escasos recursos con esta enfermedad encuentran dificultades económicas para su tratamiento, ya que les genera una disminución en su productividad laboral y en su calidad de vida, al padecer alteraciones físicas, motoras y cognitivas.

Se estima, dijo, que existen 19 mil 300 pacientes con esclerosis múltiple registrados en los institutos de salud, la mayoría mujeres. De ellos, 4 mil 900 son derechohabientes diagnosticados en el IMSS y 3 mil reciben tratamiento.


Por lo que respecta al ISSSTE, abundó, hay cerca de mil 300 derechohabientes de los cuales 600 reciben tratamiento.


“En el caso del Seguro Popular, esta enfermedad no cuenta todavía con cobertura, por lo que se desconoce el número de pacientes”, indicó el legislador.


Osuna Millán mencionó que hasta el momento no se ha realizado ningún estudio en el país para estimar el costo de la enfermedad; sin embargo, en naciones desarrolladas se han hecho estimaciones desde distintas perspectivas que permiten una imagen del peso económico de la enfermedad.


“Por ejemplo, en Estados Unidos se calculó un costo anual de 47 mil 215 dólares por paciente, de los cuales el 37.2 por ciento correspondió al pago de consultas y diagnóstico, en tanto que el 39.5 por ciento correspondió a medicamentos. El restante a otros gastos implícitos”, informó.


Por lo tanto, mencionó, estas condiciones hacen de la esclerosis múltiple una enfermedad que obliga al Seguro Popular a cubrirla dentro del catálogo de enfermedades del Fondo de Protección Contra Gastos Catastróficos, además de que se ampliará la cobertura, ya que a la fecha sólo existen registros de pacientes inscritos en el IMSS y el ISSSTE.


El legislador indicó que en la pasada sesión ordinaria de la Comisión Permanente presentó un punto de acuerdo para exhortar a la Comisión Nacional de Protección Social en Salud que apruebe que el Seguro Popular cubra esta enfermedad.


En el documento que presentó ante la Permanente se señala que la esclerosis múltiple es una enfermedad crónica inflamatoria y desmielinizante que afecta al sistema nervioso central.


Este padecimiento, refiere, se inicia entre los 20 y los 40 años, predominando entre las mujeres. Menciona que la esclerosis múltiple se caracteriza por inflamación, desmielinización y daño axonal en el cerebro.


Concluye que a mayor grado de discapacidad de las personas que la padecen, es peor su condición económica, por lo que la hace una enfermedad catastrófica. “La relación entre la movilidad de los pacientes y el empleo están íntimamente ligadas, ya que la tasa de desempleo se incrementa de un 15 hasta un 90 por ciento, dependiendo del grado de avance de la esclerosis múltiple”.

AMLO. ¿“Modificar” o “sustituir” el Seguro Popular?


Gustavo Leal Fernández

Correr el programa de MORENA al centro, como lo corrió López Obrador, conlleva costos y riesgos. Para la salud y la seguridad social -donde se juega un terreno estratégico del bienestar, combate contra la desigualdad, cohesión social y convivencialidad- el primer costo consistió en cederle gratuitamente a los tecnócratas el debate sobre la agenda de la política pública. Franquearle el camino a su proyecto de perpetua “reforma” financiera sin impacto sobre la mejora del servicio: el seguro “universal” de Peña Nieto-Levy, repetido por Josefina Vázquez Mota. Un costo muy alto.

El segundo riesgo dejó sin salida, voz y lealtad a la plétora de evidencias que han confirmado -hasta el hartazgo- la mala factura, inviabilidad e inoperancia de las “reformas” impuestas por Zedillo (IMSS, 1995); Fox-Frenk (Seguro Popular, 2003) y Calderón (ISSSTE, 2007), dado que las campañas no trataron el estado real que guardan la salud y seguridad social.

En la SSA: de Soberón (FUNSALUD) a Chertorivsky -pasando por De la Fuente, Frenk (FUNSALUD) y Córdova-; en el IMSS: de Borrego a Karam -pasando por Mario Luis Fuentes, Levy y Molinar Horcasitas-; en el ISSSTE: de González Roaro a Hidalgo -pasando por Yunes y Villalobos. Un riesgo también muy alto.

Para decirlo en el tecnocrático y deliberadamente descontextualizado lenguaje de Julio Frenk (FUNSALUD): “por su propia naturaleza, los temas de la salud tienden a unificarnos, pues representan un valor universal compartido por las principales ideologías y plataformas políticas”. ¿“Unificarnos” sin pasar antes por la báscula el saldo de sus fallidas “reformas” como las del fracasado Seguro Popular?

La designación del reconocido oncólogo Dr. Sergio Rodríguez Cuevas como Secretario de Salud del anticipado gabinete de AMLO, despertó un entendible entusiasmo al ubicar al frente de la toma de decisiones sectoriales la indispensable voz de los clínicos, silenciada desde los años Soberón y más recientemente traicionada por José Angel Córdova Villalobos, titular del ramo con Calderón. Venturosamente, su primer diagnóstico contempla las preocupaciones gremiales para “dignificar a los profesionales de la salud”.

Lamentablemente, Rodríguez ha iniciado su brega con un penoso traspié. Al presentar su propuesta (4.3.2012) eludió criticar de frente, como debía haberlo hecho un clínico de carne y hueso, el más que fallido programa emblema de la tecnocracia sanitaria: el Seguro Popular. Tampoco propuso explícitamente cancelarlo, como debía haberle cumplido a su electorado potencial, harto del mal servicio, desabasto, corrupción, afiliaciones automáticas, fantástica cobertura “universal” calderonista y uso discrecional de sus recursos por cuenta de los gobernadores.

Rodríguez es un valioso cuadro clínico empecinado en encontrarle “algunos beneficios”, como suele sucederles a casi todos los buenos galenos. Pero su visión es incompleta e insuficiente. Sólo evalúa que el Seguro Popular “está fraccionado y no ha cumplido con el objetivo de atención universal. Es una buena idea con serias deficiencias”. ¿Buena?


Pero eso no es todo. Rodríguez también aludió a una suerte de agenda “alternativa” en la que establece que “el sistema de salud en México sufre de una desigualdad importante y se enfoca a atender los efectos de las enfermedades, pero no su diagnóstico temprano”. Por supuesto!

Pero debería haber agregado, inmediatamente y a continuación, que haría él para garantizar atención integral, políticas preventivas eficaces que no culpabilicen al paciente, como las de los tecnócratas, y su deslinde respecto al nicho de mercado que ellos pretenden implantar en el sector.

Esa agenda “alternativa” es extremadamente pobre y, desgraciadamente, no se distingue de la que ya ofertan los “reformistas” José Angel Córdova, Enrique Peña Nieto (Santiago Levy), Salomón Chertorivski y David García Junco.

Por ejemplo. Rodríguez asegura que “incluirá” en los programas de estudio la “materia de salud” para hacer “corresponsables a los alumnos de su bienestar”! así como que las “dependencias” de salud trabajen coordinadamente con SEDESOL “para aplicar proyectos generales de higiene familiar”! ¿Qué significará esta poco afortunada coincidencia?

          Rodríguez agrega, también, que uno de los ejes de su propuesta “será unificar el sistema, sin desaparecer las instituciones públicas ni el Seguro Popular y reorientando los recursos”. Es del todo claro que nadie en su sano juicio puede oponerse a la “unificación” sectorial. Pero Rodríguez debería agregar de inmediato el cómo, y nuevamente deslindarse explícitamente del “universalismo” de paquetes básicos mínimos que promueven los tecnócratas.

Rodríguez esquiva el problema de fondo de la racionada “universalidad” de Peña-Levy y Vázquez Mota: más impuestos y menos prestaciones, generalizando el Seguro Popular y el Seguro Médico para una Nueva Generación.

En suma: hasta el momento, Rodríguez Cuevas carece de propuesta “alternativa”, a más de que emulando a los tecnócratas, no da cuerpo adecuado a la sociedad, actores y problemas que animan la política pública. Su visión de la participación en el diseño y toma de decisiones sanitarias coincide enteramente con los tecnócratas que han depradado el sector desde 1982 con De la Madrid.

La omisión en su “propuesta” de la centralidad del IMSS y el ISSSTE es escandalosamente notoria, así como la carencia de una vía inmediata para mejorar los servicios sin “reformas” -la demanda ciudadana más sentida y sonada- también.

          AMLO teme que le opongan a los afiliados al Seguro Popular, pero correr su programa al centro resultó muy costoso. ¿Hasta dónde avanzará la “propuesta” de Rodríguez Cuevas? ¿Quién y cómo asumirá el relevo en MORENA ya como un movimiento social después del desenlace electoral del 2012?
Redacción:

El presente artículo del doctor Gustavo Leal Fernández, profesor e investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, se publicó por primera vez en el diario La Jornada, el sábado 9 de junio de 2011.