lunes, 8 de octubre de 2012

Sobre Advanita

Por Mayra Carrera


Twitter: @advanita


 

Nací con mucha hambre un sábado por la tarde; mi madre cuenta que aquella mañana no alcanzó a desayunar menudo con pata como solía hacerlo y es por eso que en lugar de nacer llorando, nací buscando algo para chupar. Eso no tiene qué ver con mi vida sexual, en serio.


Siempre tengo hambre, de todo, de nada. A veces me faltan abrazos y me sobran palabras, a veces tengo mucho viento y pocos cabellos que revolver.


Escribo cuando se me sube el azúcar, con todo y hormigas.


Escribo para apaciguar un dolor que nunca sé dónde me nace, pero siempre está ahí, escondido en algún lugar de mi pecho que es muy grande sin ser bodega.


A veces cocino; cuando las letras no salen, el caldo de pollo nunca me falla, y entre el ajo y perejil, el chile y la cebolla, yo busco un mundo donde vivir no duela, donde morir sea un acto de mera nobleza.


Suelo cantar y aunque no soy la Amanda Miguel de mi comunidad, lanzo berridos que son como llantos disfrazados de mala entonación. A mí nada me entona, ni esa bolsa de mimbre que siempre cargo llena de artilugios que nunca funcionan.


Y a veces también lloro, lloro cuando a las ventanas de mi multifamiliar sudan de frío, entonces a me da por llorar; le temo al frío que siempre me cala hasta los huesos a pesar de tener una masa corporal muy suculenta, la verdad es que le temo a todo y por eso siempre lloro, a veces son dos lágrimas, a veces son caudales.


Y es que como escribí en algún lugar que ya no recuerdo, a veces cocino, a veces canto, a veces lloro.