miércoles, 10 de octubre de 2012

Una pasión y cuatro paredes

Por Maru Luarca


Twitter: @lady_micu


 

El semáforo marca rojo, aprovecho para mover el retrovisor del auto y observarme rápidamente: un retoque al labial, me sonrío. En el iPod, Six Marimbas de Steve Reich. Hay algo en las composiciones de este neoyorkino que me roba la atención de los últimos días. Tengo períodos para todo. Musicalmente, estoy minimalista por las siguientes dos semanas, después decidiré cambiar a su antagónico como el modernismo de Satie, o mejor aún: un género latino que nos evite la incómoda predictibilidad.


La inconstancia es lo único constante en mí. Mi vida no es más que una sucesión de veleidades y explosiones impetuosas.  Cuando me detengo sobre la vía y veo hacia atrás, lo que observo me satisface. He tenido todo, menos monotonía. Puedo decir, sin empacho, que la volubilidad es culpable del brillo secreto en mis ojos, brillo al que acudo cuando necesito luz en días oscuros. Los impulsos son combustible y vehículo, así que improviso todo el tiempo y mantengo el corazón latiendo aprisa. Anárquico. Hay magia en abrir la ventana una mañana y lanzar por ella todo lo que se da por sentado. Sacar la tijera y hacer trizas todos los mapas. Dejar que el corazón sea la saeta que marque el rumbo de viaje.  


Escribo por eso. Porque escribir obliga a volver al vacío una y otra vez. La hoja en blanco representa la posibilidad de reencontrarse vestida de palabras, es la llave para abrir el túnel 7 ½ y jugar al titiritero que resbala por él y se convierte en John Malkovich. No hay nada que me haga sentir más viva que cruzar el propio umbral y enfrentar mi lado oscuro, hablar con él, acariciarlo un poco para calmar su ira, besarlo y hacerle el amor con arrebato, ternura, avidez, hacer las paces por pocas horas, salir de ahí siendo otra, una que dentro de seis semanas se verá al espejo y apenas sabrá reconocerse, una que caerá rendida ante el hechizo de los nuevos ojos que la observan desde el reflejo.


Como lo dijo Willa Cather sobre Dumas: “Para crear drama no hace falta más que una pasión y cuatro paredes”.

La luz en el semáforo ya marca verde. En el playlist, Deftones: Now you feel so alive / I've watched you change /I pulled off your wings. Vuelvo a sonreír. Parece que Reich no llegó a las dos semanas que le ofrecí.